Antes de empezar a trabajar en la Academia Gallent, pensaba en una academia y me imaginaba un centro de aspecto similar a un colegio: salas con muchas mesas, sillas y una pizarra. Pero nuestra academia es diferente. Cristina ha conseguido crear un espacio único, cuya distribución y decoración hace que alumnos y trabajadores estemos muy a gusto y eso fomenta la concentración y aumenta las ganas de estar ahí. Para mí es un lugar de trabajo al que me gusta volver todos los días y en el que entre compañeros y estudiantes creamos una atmósfera increíble y agradable, ideal para que nuestros alumnos se desarrollen y aprendan.